La finca agraria Ponte Reale está ubicada en una antiquísima reserva de caza borbónica, considerada desde siempre uno de los lugares más hermosos e incontaminados de todo el "Reino de las dos Sicilias". Es precisamente en estos lugares, en la frontera entre las regiones de Campania y Molise, que el rey Fernando IV, de mala salud, readquirió fuerza y vigor, gracias a sus paseos a caballo y a la caza. Célebre es la pintura de J.P. Hackert que retrata una escena de caza de jabalíes precisamente sobre el puente que hoy define el limite occidental de la empresa (ver Home). Hoy estos territorios extraordinarios integran el Parque regional del Matese y del oasis WWF "le Mortine", acomodándose sobre el valle del alto Volturno, siendo un "cojín" entre el Parque nacional de Abruzzo y el de Matese.
El concepto que nos ha llevado a la creación de la finca agraria Ponte Reale, fundada en 1993, nace en las aulas de la prestigiosa universidad de Ciencias Agrarias de Portici, lugar, donde los fundadores Enrico Rega y Roberto Spina, en aquel entonces estudiantes, han dado un discurso de renovación total de los métodos de producción y gestión de las empresas lácteas.
La empresa Ponte Reale representa, ahora, una realidad innovadora para su sector, conjugando la más antigua tradición con conceptos de vanguardia como la sustentabilidad y la responsabilidad de empresa. En otras palabras, el amor por la crianza y por la producción láctea heredada de Pasquale Rega, abuelo del actual fundador, famoso por sus productos ya en 1890, se ha actualizado con prácticas de gestión innovadoras. El objetivo de aquel entonces era crear una empresa que pudiese lanzar al mercado un producto de calidad superior, incentivando el respeto por el ecosistema, por los animales y, principalmente, por las personas.
Éste es el motivo por el cual ha sido la primera empresa y, hasta el día de hoy también la única, en creer en la producción de mozzarella de búfala BIOLÓGICA D.O.P., producto que se ha convertido en el tiempo en el producto estrella de la empresa. La empresa ha sido inaugurada el 12 de mayo de 1999. Hoy mantiene su estructura de gestión familiar y está presente con sus productos, además que en el territorio nacional, en todos los países de Europa occidental, en Norteamérica y en Japón.
La finca agraria se extiende sobre una superficie de unas 1000 hectáreas. La producción, forrajera-zootécnica se lleva a cabo con un método biológico certificado, los alimentos utilizados para el ganado son 100% de agricultura biológica y no del 95% como lo permite el reglamento. Actualmente se crían más de 1500 búfalas, cuya leche se usa predominantemente para la producción de Mozzarella de Búfala Campana DOP y Mozzarella Campana de Agricultura biológica. La empresa es miembro y sostenedora convencida del consorcio de tutela de la mozzarella de Búfala D.O.P., además de ser una granja didáctica, promoviendo visitas organizadas por los sectores de la empresa, para mostrar directamente la calidad de los procesos empresariales que permiten la creación de un producto tan extraordinario, como lo es nuestra mozzarella de búfala D.O.P.
Nuestros animales se crían respetando la normativa CE sobre el bienestar animal; en efecto, en nuestra empresa, los espacios asignados a pastura y al establo tienden a reproducir, dentro de lo posible, las condiciones fisiológicas y etológicas que se encuentran en la naturaleza. El cuidado y la atención en cada fase de vida del animal junto con la calidad de la alimentación biológica son elementos de excelencia para lograr el bienestar general de la búfala. Nuestras búfalas son animales increíblemente sanos que instauran con el hombre una relación extraordinaria basada en la confianza.
La mozzarella de búfala campana es un producto naturalmente fresco y rico de fermentos lácteos vivos, siendo un producto particularmente digerible. Sus prerrogativas, en efecto, le permiten ser una ayuda válida para las funciones intestinales de nuestro organismo. Aún manteniendo intactos el gusto y el sabor, la mozzarella nutre sin engordar: nutre porque contiene proteínas y grasas fácilmente asimilables; y no engorda porque contiene un bajo contenido calórico, debido a la reducida presencia de sustancia seca. Así con sus 270 calorías cada cien gramos le gana en ligereza al queso parmesano (320 cal/100g), al queso Fontina (370 cal/100g) y permite comer con gusto y liviandad. Su aporte de calcio, además, la convierte en un alimento recomendable en la dieta de niños y ancianos. Su calidad indiscutible deriva de las características particulares de la búfala, un animal increíblemente fuerte, sano y totalmente íntegro, acostumbrado a pastar en plena libertad al aire libre, donde la naturaleza está más incontaminado, gozando de un clima templado y del cálido sol mediterráneo. Nuestra mozzarella es hilada a mano y controlada a vista en todo el proceso de endurecimiento para maximizar el gusto, el sabor y la calidad del producto.